Volvemos una y otra vez a recordar los relatos "según" algunos evangelistas cuentan. Toda una leyenda sobre el nacimiento de Jesús; lástima, lo hemos mitificado tanto que ya no le queda a penas nada de humano, es más, en estas fechas se le infantiliza de tal manera que se hace imposible creer lo que se cuenta.

Pero al margen de todos los montajes yo sí creo que es posible  dejarnos habitar por la Paz, la generosidad, el Amor... y que esa experiencia nos haga comprometernos con la sociedad, para salir al paso de necesidades humanas de todo tipo.

Esta es la única realidad de la existencia de un Dios que habita por obra del Espíritu  en toda persona; todos/as somos María, todo/as somos Jesús si ponemos a prueba nuestra sensibilidad para captar el mensaje de nuestras conciencias, en donde se puede fraguar lo mejor y lo peor de uno/a mismo/a. 

Solo pretendo seguir buscando la manera del mejor vivir para seguir dando vida.

Vacíos rebosantes,
silencios sosegados,
vértigo de amores
en una noche encontrados.

Nadie sabe por qué,
 no hay razón en este ser,
quiso venir y nacer
trayendo vida en su querer.

No te fijes en su cara
ni en sus ojos, ni en sus pies;
ha venido quien se escapa
cuando quieres entender. 

Su presencia es armonía,
su mensaje es trascender,
enamorarse de la vida
es lo que vino a traer.

No encontrarás lo que buscas
si no te paras a mirar,
que hay que saber detenerse
para ver, y encontrar la Paz

M. M.  2005

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