Estas celebraciones de pascua, que pudieran ser tan ricas de contenido, se convierten en una auténtica comedia. Siento pena, me ofende esa forma de entender lo que Jesús quiso dejar en sus mensajes.
Veía por TV una misa celebrada por un obispo en Madrid, con sus sacerdotes alrededor, todos ellos en postura "cual cuadro de Murillo" con su mitra, su báculo, sus casullas; los cánticos arrastrados, pesados,... y la salida, durante la cual el obispo iba repartiendo a los niños sus chapaditas en la cara, dando la mano y en actitud de jefe, al que se le rinden honores, respondiendo con estos gestos al público. ¿pero en qué mundo viven? están convencidos de que es un honor haber sido saludado por la autoridad representante.
Esto es lo que ahuyenta a quienes ven semejante espectáculo, y otros muchos que se suceden en semana santa, tan faltos de autenticidad y sencillez, virtudes que deberían acompañar a quienes pregonen la fe en Dios a través de Jesús.
Ciertamente que hay otra parte de la iglesia que está en el anonimato, que celebra la muerte y resurrección de Jesús con verdadero sentido humano, reconciliador y gratificante, pero, estos no salen en los medios de comunicación, ni son bien vistos en muchos casos por las autoridades, y desgraciadamente quedan reducidos frente a las otras solemnidades.
Hoy se repite mucho la frase "otro mundo es posible", pues bien, "otra forma de expresar la fe, es posible". Quien haya sido tocado por el Espíritu, sabe que detrás de esas "ancestrales" ceremonias, están las personas, a las que debemos respetar, del mismo modo que queremos ser respetados, pero esto no elude la crítica, para recordarles que estamos en el siglo XXI y no en el XVIII
Dice el profeta Isaías "Despierta tu que duermes, y te iluminará Cristo" ¡Despertad! diría yo, con mis mejores deseos de que se ilumine el entedimiento y despertemos a la trascendencia de la Vida, que siempre se basará en el Amor, la mayoría de las veces, ausente de toda propaganda y ceremonia.
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