Sin embargo quienes han estado y están en la opulencia, siguen estándolo aún más porque ellos son los responsables de esta situación, por seguir acaparando siempre con avaricia. No quiero pensar cual será la finalidad de todo esto.
Ocurre en la política, porque la ideología de muchos partidos tan atractiva y convincente, se gana la confianza de gran parte del pueblo, dejando después el desencanto y la decepción porque lejos de cumplir los objetivos de su partido, luchan a "codazos" por el poder y el dinero tan fácil de conseguir mediante diferentes puestos directivos y demás. No habría tantos líderes políticos si ello no aportara la facilidad de engordar sus "sacas".
Estamos indefensos ante el abuso de poder, somos esclavos como en otro tiempo lo eran quienes tenían que pagar más impuestos de lo que podían ganar, no se diferencia en nada esta época de otras anteriores, la historia se repite.
El hombre/mujer sin ética, sin Dios, sin el dominio de sus bajos instintos egoistas, es así.
Esto trae como consecuencia las "revoluciones" tan justificadas por un lado y tan irremediablemente agresivas por otro. Ellos/as los "inconformistas", son luego "culpables" de las guerras, ¿tendrá la sociedad ojos para ver que el que actúa en defensa propia no es culpable aunque sea responsable?. Yo no justifico estas actitudes pero se comprenden. ¿Quién las ha provocado?....
Lo malo de todo esto es que al final, en el supuesto de que se ganara la batalla, el vencedor es vengativo y actúa tanto peor que el anterior, vuelve a ver el poder y dinero fácil y pierde sus objetivos.
En consecuencia, será mejor aprender a vivir en cada situación con espíritu trascendente, estamos aquí de paso y lo que importa es aprovechar esta vida que nos toca lo mejor posible. No se trata de conformismo, hay que luchar por mejorar, pero independientemente del resultado, para no perder la propia vida en la amargura de la no aceptación.
De paso, recordar las palabras de Jesús "perdónalos, no saben lo que hacen", su mente se ha embotado, están ciegos, y tan lejos del conocimiento del Espíritu de Dios, que sólo pueden vivir por lo material, en el fondo, tampoco disfrutan de lo que tienen, por el afán de seguir acaparando siempre más.
Ciertamente, la Sabiduría para alcanzar la felicidad no la han encontrado.
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