He encontrado en este poema , tan reflejada la realidad, que os invito a leerlo; aunque los versos continúan, con sólo esta parte, por hoy es suficiente para hacernos reflexionar.
Gracias al autor, que ha sido capaz de plasmar en un bello poema la miseria de la humanidad.
¿Por qué me miras tan serio Nazareno?
ya has salido del sepulcro,
ya no estás entre los muertos...
Tienes todas las galaxias,
el cosmos es tuyo entero,
eres el Alfa y Omega,
todo se hizo por Ti;
y sin Ti nada fue hecho...
Tú eres el Hijo de Dios:
en el principio era el Verbo...
¿Por qué me miras así?
¿Qué más quieres Cristo Bueno?
"Es que yo no entiendo nada
-me dices en silencio-,
después ya de dos mil años,
todo parece aquel tiempo;
los templos, las catedrales,
los báculos y el incienso...,
sumos sacerdotes, ritos,
todo vacío por dentro;
las mitras las filacterias,
los incontables preceptos;
las condenas y censuras,
los silencios y los miedos...
La libertad y el amor,
¿donde están que no los veo?... (A. Valverde)
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Cuando la experiencia de la espiritualidad nos hace ver lo cambiante del universo y de nosotros mismos, es inútil aferrarse a nada, sólo es positivo todo aquel valor que libere, para acoger nuevamente, para abrir fronteras y horizontes.
Los valores permanentes que inducen al equilibrio y armonía están en constante actividad, mediante quien vive y da la Vida.
Si nadie puede considerarse absolutamente independiente, si somos parte del todo y sin descanso nos transformamos ¿cómo es posible tanta congetura para querer amarrar ideas, formas, dioses?...
A poca inteligencia que se tenga, queda derrumbada cualquier teoría que quiera instalarse, porque en el acto mismo de no avanzar, desaparece la Verdad.
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Estamos asistiendo a una polémica cada vez más constante; el reconocimiento de la mujer en la institución de la iglesia, el celibato opcional, y la lucha por desenmascarar a quienes viven de un sistema anclado en fundamentalismos y poder.
Yo, personalmente quiero que se me reconozca, pero no para ser "sacerdotisa", ni "obispa" ni para que se me conceda la posibilidad de presidir una Eucaristía; creo que sería suficiente con que quienes tienen todos estos "priviligios" bajasen de su pedestal y andubiéran codo a codo involucrándose en las necesidades de los demás, formando parte de la comunidad.
Si Jesús dijo "donde estén dos o más reunidos en mi nombre allí estoy yo en medio de ellos", basta cualquier asamblea en donde se comparta la fe, y se ore para que ello sea ya una Eucaristía en la que ante Dios, todos somos iguales.
¿Donde se ha visto que Jesús pusiera condiciones a la hora de relacionarse con él?. El sacramento del bautismo se realiza cuando en nuestra conciencia recibimos el Espíritu de Dios; el de la confesión, cada vez que yo me reconozco ante Dios, egoísta y me propongo remontar mis limitaciones, sin necesidad de intermediarios. El del matrimonio, lo realizan los propios cónyuges con su entrega y amor, y así podríamos continuar con todos los demás.
Para muchas cosas se necesitan organizaciones, jerarquías y leyes, pero precisamente en el terreno espiritual y trascendente, el evangelio nos enseña la libertad, el respeto, el diálogo, la no discriminación, y está muy lejos de poner condiciones o leyes para poder vivir al estilo de Jesús.
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